. Zona de descanso no apropiada: contaminación lumínica, acústica y olfativa, poca ventilación del espacio...

 

. Dormirse con música, cine agresivo o cualquier estímulo que pueda alterarnos especialmente

 

. Carencia de vitaminas y minerales

 

. Indigestión

 

. Tensión física

 

. Enfermedad con fiebre

 

. Cierto consumo de fármacos

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. Abuso o adicción a drogas

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. Trastornos del sueño como apnea, parálisis...

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. Estrés puntual o de fondo

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. Preocupaciones puntuales o asentadas tales como neurosis menores o mayores

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. Acontecimiento traumático no resuelto

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. Trastornos psíquicos importantes tales como depresión, esquizofrenia...