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INCONSCIENTE

El Inconsciente, como subsistema psíquico, constituye el más inaccesible de todos ellos; la información que contiene no puede ser recuperada mediante un esfuerzo de memoria pero si a partir de sistemas más complejos. Todo dato archivado en este espacio ha sido reprimido. Su tamaño es inmenso, constituyendo la gran base de nuestra mente completa y por lo tanto de nuestra vida. Aquello que reside en el Inconsciente acabó en él porque, de alguna manera, nos molestaba que fuera consciente debido a las asociaciones que le asignamos; sin embargo, dicha información es tremendamente importante para nosotros por distintas causas.

Entendemos el Inconsciente como subsistema psíquico ocupado en archivar toda información de distinto tipo, recibida desde todos nuestros sentidos, desde los más conocidos y estudiados a los menos.

 

Así, si por ejemplo nos encontramos en un bar con amigos, atendiendo a una conversación, probablemente no seamos conscientes de muchos de los temas que suenan de fondo, pero, si nuestro oído alcanza a escucharlos, se archivarán en el Inconsciente y sometiéndonos, por ejemplo, a hipnosis o manejando los sueños lúcidos podemos recuperar, sin problema, tanto dicha información como cualquier otra que hayamos recibido desde nuestros sentidos, aun no habiendo sido conscientes.

 

Dicha posibilidad de acceso a toda información oculta en nuestra mente profunda nos resulta sumamente útil, puesto que nos permite recuperar cualquier recuerdo que creíamos olvidado total o parcialmente cuya ocultación quizás nos dañe o limite.

 

Sabemos pues que nuestras vidas están regidas, en gran gran medida, por todos aquellos datos relegados a la oscuridad, datos que estando activos nos influyen de manera continuada sin soler saber porqué.

Necesitamos ir recuperando parte de la información aislada en el Inconsciente si queremos realmente evolucionar ya que, por ejemplo, si de niños presentábamos habilidad para la música pero dicha capacidad era censurada por uno de nuestros padres puede ocurrir que la releguemos al Inconsciente, olvidándola y posiblemente asociándola a castración, frustración... dado el mensaje negativo que nuestros padres nos proyectaban. Dicha dinámica automática puede resultar un gran problema puesto que quizás nuestra vocación frustrada e inconsciente se encuentre en la música y de esta forma no daremos con ella sin trabajar dicha asociación aislada en el fondo de nuestra psique; sin embargo, con técnicas específicas como el análisis de sueños sería posible recuperarla y así contactar con nuestra vocación.

Por otro lado, si nos ocurrió una situación traumática o algo dolorosa necesitaremos también tomar conciencia de ella y trabajarla dado que nos limitará notablemente el no hacerlo puesto que todo lo abandonado en el Inconsciente no queda inactivo sino que sigue actuando desde la oscuridad, produciéndonos dolor y limitaciones, condicionando nuestros actos, pensamientos, emociones...

También podría suceder que nuestros padres hagan una mala asociación al sexo que seguro nos será transmitida de manera consciente y/o inconsciente y, no sabiendo muy bien porque, podemos desarrollar problemas sexuales y/o de relación con nosotros mismos y/o el otro causados por ello.

Así, no podemos olvidarnos de lo relegado a la mente profunda ya que a más lo hagamos más problemas tendremos mayores limitaciones presentaremos y por lo tanto trabajaremos sin saberlo para nuestra infelicidad, reducida libertad y escasa evolución.

Creemos saber quién somos y cómo funcionamos pero nos encontramos repitiendo patrones, haciendo cosas de las que nos arrepentimos y por lo tanto teniendo problemas con nuestro entorno y los demás, en mayor o menor grado. Aparecemos en situaciones que, siendo conscientes o no, tememos o nos resultan complicadas de resolver causándonos dolor y tristeza. Por todo ello, resulta sumamente importante que nos hagamos responsables de la parte de la psique que, queramos o no,  dirige nuestras vidas y una muy buena forma de hacerlo es a partir de los SUEÑOS ya que, como muy bien decía Freud, los sueños constituyen la vía regia hacía el Inconsciente.

La psique profunda cuenta con características muy particulares tales como la ATEMPORALIDAD lo cual significa que en él cohabitan ideas, deseos, miedos... tanto de índole infantil como adulta entremezclados que no atienden a un orden cronológico, tal y como lo entendemos racionalmente; dicha cuestión se observa muy bien en los sueños ya que, por ejemplo, podemos soñar que estamos en una reunión de nuestro actual trabajo con ex compañeros de la universidad y nos llama por teléfono nuestra hermana que ahora tiene 30 años pero que en el sueño aún no cumplió 10 por lo que la información se mezcla y tendremos que descifrarla.

Otra de las características del Inconsciente es el PREDOMINIO DEL PRINCIPIO DEL PLACER lo cual quiere decir que la realidad interna, o el deseo psíquico interno, se prioriza frente a la realidad externa, el Inconsciente quiere que la realización del deseo se lleve a cabo inmediatamente y lo busca sin censuras ni prohibiciones; es decir, la mente profunda es salvaje y no atiende a la lógica, desea lo que desea e inmediatamente. De la forma nombrada se comporta el bebé, pero claro, lo vemos normal porque nos hemos acostumbrado y sabemos que el pequeño no tiene otra opción ya que necesita tiempo y entrenamiento para "culturizarse". Así, el Inconsciente trata de comunicarnos lo que desea simbólicamente y nuestra labor es reconocer el mensaje y atenderlo, valorarlo y pactar con él para que pueda ser satisfecha la necesidad que tiene pero ajustada a lo que opine el racional que podemos sostener y resulte beneficioso para nosotros; exactamente igual que hacemos al atender las necesidades del bebé. Por ejemplo, podemos sentir un deseo sexual inmediato y nos es trasmitido por el Inconsciente de forma física, pero resulta que nos encontramos en el metro y aunque no imposible, resulta complicado que pueda satisfacerse dicho apremio; necesitaremos encontrar la manera de satisfacer el deseo, inmediatamente o no, sin que nos cause un problema lógico, sin que entren en rivalidad consciente e inconsciente y por lo tanto llevándoles al pacto.

 

Entiendo la necesidad de realización de instintos y deseos inmediatos como una característica que, aunque nos pueda incomodar, en realidad nos beneficia mucho ya que provoca que avancemos; es decir, nuestro Inconsciente nos envía mensajes de manera simbólica, codificados, para que entendamos que necesita algo y que si lo confrontamos y elaboramos nos ayudará a evolucionar, solo es cuestión de encontrar la forma de satisfacerlo sin entrar en conflicto con lo que nuestro racional opine. El hecho de que trate de apremiarnos es bueno ya que impide que nos acomodemos, dirigiéndonos hacia la maduración continuamente. Dichos mensajes nos son enviados de forma simbólica, si los atendemos, lo cual significa comprenderlos y actuar en consecuencia, el Inconsciente baja el volumen del mensaje, pero si por si por el contrario nos negamos a hacerlo ocurre siempre que lo sube y/o nos cambia el escenario marco, insistiendo en que escuchemos el mensaje y nos hagamos responsables de él. Es decir, si resulta que un día me despierto inquieta y además estoy todo el día susceptible pienso y me doy cuenta de que es debido a que necesito hablar con una amiga, de la cual me ha molestado una actitud, pero resulta que no hago mucho caso y me sigo despertando inquieta y me encuentro susceptible toda la semana, se que tengo que confrontar pero me da pereza y/o miedo osea que no lo hago; si lo hiciera, dormiría bien porque ya estaría resuelta la preocupación del Inconsciente pero si siguiera sin resolverlo continuarían los malos sueños, siendo cada vez más intensos, quizás convirtiéndose en pesadillas o aumentaría mi ansiedad diaria pudiendo llegar a provocarme problemas con los demás y/o de salud, entre varias posibles vías todas negativas según nuestro criterio racional puesto que nos incomodan y empujan a un trabajo que sentimos como duro pero que si pensamos de una manera holística descubrimos que son sanas.

En relación a lo anterior, os diré que siempre, siempre actúa el Inconsciente de la forma que os comento y con ello quiero decir que viene haciéndolo desde el principio de nuestros días, de una forma u otra, sin que seamos conscientes. Así, a mayor comunicación tenemos con él más avanzamos y mejor nos sentimos, a menos más problemas.

Opino que una muy buena, continuada y relativamente sencilla forma de atender a los mensajes del irracional es acordarnos de como recordar los sueños, analizarlos y aplicarnos para atender el mensaje que nos trasladan, cambiando nuestras actitudes, creencias dañinas y condicionadas, repetición de patrones... Así pues, os animo a adentraros profundamente en la aventura del autoconocimiento onírico, lo disfrutaréis sin duda y vuestra vida mejorará muy notablemente. Sencillo pero algo laborioso, solo es cuestión de enfoque, responsabilidad, constancia y mucha ilusión.

 

 

*No sabemos muy bien que parte de la mente total ocupa el inconsciente pero se cree que no menos de un 90%, yo opino que bastante más en caso de personas que no lo hayan elaborado profundamente lo cual representa la mayoría de la población.

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CARACTERÍSTICAS DEL INCONSCIENTE

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